El verde es el nuevo negro
Hablemos de sostenibilidad, artistas ecológicos e industria musical
Cada año, nuestro planeta dedica un día a que las industrias, los políticos y la sociedad reflexionen sobre su impacto en la naturaleza en el Earth Day, o Día de la Tierra. Desde que los movimientos ecológicos Fridays for Future y Extinction Rebellion causaron sensación en Alemania, este día también ha llegado a nosotros.
El Día de la Tierra también afecta a la industria musical en Alemania. Pero aquí todavía hay cierta incertidumbre. Una de las razones es que el impacto de la industria no es transparente, por ejemplo, en Alemania no hay cifras sobre el consumo de plástico y las emisiones de CO₂ que produce el sector. Por lo tanto, nuestra comprensión de la sostenibilidad se basa en los datos de la industria musical estadounidense y británica. Además de la naturaleza existencial del asunto, la cuestión de la sostenibilidad en la industria musical también parece ser una compleja montaña de problemas debido a la poca transparencia y a la consiguiente y evidente falta de compromiso de los líderes del sector.
Pactos, iniciativas y el Acuerdo de París
En cuanto al tema de la sostenibilidad, se cita a menudo el Acuerdo de París de 2015, que, entre otras cosas, pretende evitar que el calentamiento global supere los 1,5 grados. Como parte del mismo, se pusieron en marcha planes para reducir las emisiones de los países de la UE en un 55% para 2030, con el fin de alcanzar cero emisiones de carbono en 2050. Pero para cumplir el Acuerdo de París, las industrias deben encontrar soluciones sostenibles, lo cual también se aplica a la industria musical.
En los años posteriores a 2015 se pusieron en marcha iniciativas para remodelar la industria musical y centrarse en la sostenibilidad. El grupo de presión Music Declares Emergency de 2019 se puso en marcha para dejar constancia del compromiso de artistas, organizaciones y profesionales de la música con una industria musical sostenible. A través de la campaña «NO MUSIC ON A DEAD PLANET» (NO A LA MÚSICA EN UN PLANETA MUERTO), la organización recibió el apoyo internacional de artistas de renombre como Billie Eilish, que incluso llevó una camiseta con el lema a los AMAs (American Music Awards).
Las grandes discográficas británicas, como Sony, Warner y Universal, también quisieron expresar su compromiso con la sostenibilidad y firmaron el Music Climate Pact en 2021.
El impacto del streaming y la música en soporte físico
Según un estudio del Instituto para el Cambio Climático de la Universidad de Oxford, las emisiones anuales de CO₂ de la industria musical británica ascendían ya en 2007 a 540.000 toneladas. Gran parte de las emisiones producidas por la industria musical proceden de los servicios de streaming. Según las estimaciones, se espera que las emisiones derivadas del almacenamiento y la transmisión digital de música en Estados Unidos aumentaron 200 toneladas hasta alcanzar más de 350 millones de toneladas en 2016, frente a los 157 millones de toneladas de principios del siglo XXI. Sin embargo, según el mismo estudio, el éxito de los servicios de streaming ha favorecido que la industria musical reduzca en gran medida el uso de plástico, ya que a principios del siglo XXI el uso de plástico para la producción de CD, vinilos y casetes superaba los 60 millones de kilogramos, mientras que en 2016, solo rondaba los 8 millones de kilogramos.
Sostenibilidad en la producción
Estas cifras han vuelto a aumentar como consecuencia del «renacimiento del vinilo». Por eso, junto a la Near-Mint Initiative de Republic of Music, el Grupo de Acción Climática AIM, apoyados por PIAS y Music Declares Emergency, ya hay varias empresas comprometidas con la sostenibilidad en la fabricación de discos. Por ejemplo, Green Vinyl Records ha desarrollado máquinas de prensado más eficientes desde el punto de vista energético y ha cambiado el PVC por el PET (un plástico más biodegradable), y ReVinyl utiliza los recortes de los bordes de los discos para fabricar discos nuevos con el fin de producir discos 100% reciclados.
Compromiso de artistas con giras ecológicas
Los propios artistas también están comprometidos con fomentar la sostenibilidad en la industria musical. Por eso Pearl Jam lleva desde 2003 compensando las emisiones de CO₂ de sus giras de conciertos, y también destinan parte de los beneficios de sus giras a proyectos medioambientales. Tras el lanzamiento de su segundo álbum de estudio, «Happier Than Ever» Billie Eilish comenzó su gira mundial con el objetivo de hacerla sostenible. Así, junto con Reverb puso en marcha numerosas iniciativas sostenibles, como un catering completamente vegano para ella y su equipo y al menos tres opciones veganas para el público. En 2019, los pioneros británicos del trip hop Massive Attack encargaron un estudio sobre las emisiones de carbono en el sector de los conciertos y festivales del Reino Unido. El resultado fue una hoja de ruta para que organizadores de eventos, operadores de recintos, gestores y artistas lleven la sostenibilidad a su sector. Y para este año han planeado un festival de un día que funcionará con energía 100% renovable, con el objetivo de crear un prototipo para la industria musical y demostrar a los organizadores de festivales y conciertos que la música en directo también puede ser sostenible.